Al llegar a clase hemos tenido que colocar colchonetas repartidas por todo el pabellón. Seguidamente hemos tenido que descalzarnos para crear una atmósfera de mayor comodidad y confianza. El primer ejercicio consistía, al igual que la sesión de hace dos semanas, en una actividad de respiración y relajación. Esta actividad consiste básicamente en tumbarse en la colchoneta con los ojos cerrados y respirando por la nariz llevando el aire hacia la barriga para después soltarlo por la boca, Esto resulta muy relajante pero además para contribuir a dicha relajación el profesor nos va diciendo que ese aire que tomamos es como una luz que nos purifica por dentro, o que el cuerpo está anclado al suelo y apenas se puede mover. El profesor también nos ha informado acerca de que hay ciertos trabajos o ciertas empresas que tienen espacios y horarios dedicados a este tipo de ejercicios de relajación. Esto puede parecer extraño a priori, pero en realidad se ha demostrado que este hecho favorece al rendimiento de los trabajadores, que no solo trabajan con mejor actitud sino que, además, incrementan su productividad.
Aquí podemos observar como los empleados de una empresa realizan ejercicios de relajación durante la jornada laboral. |
¿Aumentan este tipo de actividades la motivación del empleado? ¿Pueden incluso fomentar su creatividad y originalidad a la hora de desempeñar sus tareas? Yo diría que sí, por el mero hecho de que estas clases de las que estoy hablando en las que nos relajamos, etc. Nos sirven para ''despreocuparnos'', por así decirlo, el resto de la jornada.
El segundo ejercicio que hemos realizado estaba relacionado con la voz, más concretamente con el uso correcto de la voz. Y es que muchas veces forzamos demasiado la voz al intentar hablar alto durante mucho tiempo lo que podría provocarnos lesiones en las cuerdas vocales. Esto se debe normalmente al desconocimiento de técnicas como las que el profesor nos ha enseñado hoy. Esta técnica consiste en llenar el estómago de aire y una vez lleno emitir el sonido. Después de explicarnos la técnica el profesor nos pidió que emitiésemos el sonido ''O'' y que teníamos que notar la vibración que producía la emisión de ese sonido.
El siguiente ejercicio, también relacionado con la voz, consistía en un juego de engaño a la mente pues consistía en aumentar de volumen a medida que disminuía la velocidad a la que nos movíamos, cosa que suele tender a suceder al contrario.
Por último dos compañeras han representado una situación en la que una de ellas era una alumna que había suspendido una asignatura y la otra representaba a una profesora que básicamente desmoralizaba a la alumna. La profesora se limitaba a decirle a la alumna que no valía para su asignatura, que no tenía bien ningún trabajo y que preferiría ahorrarse corregir sus exámenes y ponerla un 0. Aunque parezca una situación extrema es cierto que hoy en día siguen existiendo profesores así y yo pienso que ese camino no es el correcto. Porque, a mi modo de ver, el principal componente que ha de tener un profesor es el de saber motivar a los niños, saber hacerles ver que estudiar tiene un sentido práctico, que cuanto más se esfuercen desde pequeños más facilidades tendrán de mayores a la hora de estudiar. Porque si un niño conoce bien las ventajas de estudiar y cultivarse, podrá estar motivado para hacerlo, en cambio, si no le encuentra ninguna utilidad a leer o estudiar, no lo hará. Por esta sencilla razón es importantísimo que un profesor sepa motivar y que bajo ningún concepto desmoralice a sus alumnos por muy mal que éstos lo hagan.
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