martes, 14 de octubre de 2014

La estructura social: desigualdad social y marginación.

Hoy, día 14/10/2014, hemos visto la tercera exposición del temario presentada por los compañeros. En esta ocasión el tema tratado era la estructura social. En sociología, la estructura social se refiere a la forma que adopta el sistema de las relaciones entre individuos de una sociedad o grupo. Los estratos se separan por las diferencias entre las personas, es decir, las personas que poseen una característica común que las vincula social y/o económicamente pertenecen a un mismo estrato o clase social.

A pesar de estar en pleno siglo XXI siguen existiendo muchas diferencias e injusticias en la sociedad como son la desigualdad o la marginación social. A continuación definiré cada uno de estos conceptos para posteriormente dar paso a mi reflexión personal de lo que hemos visto hoy en clase.

La desigualdad social es la situación en la que no todos los miembros de una sociedad viven con los mismos recursos socio-económicos. Las diferencias entre individuos y colectivos a menudo se convierten en desigualdades porque estamos inmersos en sistemas que privilegian unos grupos sobre otros, proporcionándoles más y mejores oportunidades y bienestar. Dentro de la desigualdad social podemos encontrar varios subgrupos que serían:

  • La desigualdad económica: que es la que se debe al funcionamiento bajo un sistema capitalista en el cual se da un acceso desigual a los recursos y la riqueza en función de la relación con la propiedad y el sistema ocupacional.
  • La desigualdad racial: concretada según un sistema cultural etnocéntrico en el que se atribuye una superioridad normativa a los valores, visiones, actitudes y formas de vida propios de las culturas occidentales frente a los del resto de etnias. Esta desigualdad o fractura también jerarquiza los grupos étnicos o culturales en el acceso a las categorías profesionales y los recursos materiales y simbólicos.
  • La desigualdad de género: se deriva de un sistema de patriarcado según el cual los hombres ocupan posiciones de dominación en las esferas política, económica y doméstica, y las mujeres posiciones subordinadas o de dependencia. Resultan particularmente importantes en este contexto las formas de división sexual del trabajo, que son a la vez causa y consecuencia de esta desigualdad.
  • La desigualdad religiosa: es otro tipo de desigualdad social en la que las minorías étnicas ante el predominio de una religión distinta a la suya en el país al que han emigrado dejan relegada su religión a nivel de secta. Si bien es cierto que hoy en día este problema se está reduciendo, hasta hace poco era otra causa de fractura social.


Por otro lado tenemos la marginación, que es una consecuencia de la desigualdad y consiste básicamente en que un grupo aisla a una persona o grupo de personas por ser diferente a ellos.
Al igual que ocurría con la desigualdad social dentro de la marginación podemos diferenciar varios subgrupos:

  • La marginación por indiferencia: es aquella que sufren personas con alguna discapacidad.
  • La marginación por represión de conducta: es la que sufren personas que se comportan diferente con respecto a la mayoría. Un ejemplo sería un chico homosexual que es insultado y acosado por sus compañeros de clase.
  • Automarginación: la sufren personas con alguna enfermedad como el autismo.
  • Exclusión social: es la imposibilidad de integrarse en la sociedad; sería el caso extremo y estaría provocada por la presión de la sociedad sobre una persona o grupo de personas. Un ejemplo actual sería la raza gitana, a la cual se protege con ayudas económicas debido a que se la considera una raza en riesgo de exclusión social.

ATENCIÓN: Las siguientes imágenes pueden dañar la sensibilidad del lector.

En la siguiente imagen

En la siguiente imagen podemos observar un claro ejemplo de desigualdad social. A la derecha una mujer con un ostentoso ropaje; a la izquierda una anciana desvalida pidiendo limosna al lado de una papelera.


La marginación es un problema muy 
frecuente en los colegios que hay que 
saber erradicar.



Leyendo todo esto uno podría pensar que todos estos son problemas un poco anticuados y que hoy en día existe una mayor concienciación de igualdad en la sociedad, sin embargo hoy en día la mayoría de las personas seguimos marginando, quizás voluntariamente o quizás de forma involuntaria, pero ¿Por qué marginamos?

Se suele decir que es algo que hacemos inconscientemente; y, en realidad, esa es la verdadera clave de la cuestión, pues el hecho de hacerlo inconscientemente implica que en nuestra personalidad existen una serie de prejuicios hacia otros. Prejuicios alimentados por la propia sociedad.
Los rasgos que creemos son característicos no son más que una serie de prejuicios provocados por las diferencias. Esto quiere decir que, por ejemplo, no porque una persona sea vasca tiene que ser etarra o, siguiendo por esta misma línea, no porque una persona sea musulmana tiene por qué ser un terrorista. Así podríamos encontrar hasta cientos de ejemplos surgidos de una concepción errónea alimentada por las creencias predominantes en la sociedad.

Las diferencias sociales, al igual que las raciales, no se basan en el color de piel, sino en el estatus social. Pues eso no es más que un prejuicio nacido de la ignorancia. Lo cual significa que no por el hecho de que una persona sea de color tiene que ser inferior al resto de la sociedad.

El profesor nos ha contado un caso muy curioso en el que unos alumnos universitarios del Congo le preguntaban al profesor lo siguiente: ¿Por qué los blancos odian a los negros? ; el profesor evitó la pregunta respondiendo que la palabra negro proviene de una raíz griega que significa ''muerte''. A lo que el alumno contestó que a los blancos nos llamaban fantasmas por nuestro color de piel y no por ello nos odiaban o temían.

En realidad el hecho de ser blanco o negro, alto o bajo, más o menos peludo, etc. El hecho de ser diferente surge de una necesidad anatómica de adaptarnos al medio en el que vivimos. Por otro lado, también modificamos nuestro cuerpo constantemente para parecer más atractivo, producto de nuestras necesidades sexuales.

La diferencia de género, por su parte, se ha ido resolviendo progresivamente desde finales del pasado siglo. Antiguamente la mujer era un ser subordinado al hombre, que dependía de él para poder vivir. Esta idea casi primitiva se debe principalmente a que los hombres temen que la mujer les supere y existe pues un sistema de patriarcado en el que el hombre es el poseedor del dinero, del trabajo y de los bienes, quedando la mujer relegada al ámbito doméstico. Años más tarde se produce la entrada de la mujer al trabajo, pero los trabajos que desempeñaban no eran ni muchos menos altos cargos debido, sobre todo, a ese temor que cité anteriormente. Hoy día la mujer se ha abierto paso en el mercado laboral y son muchas las empresas dirigidas por mujeres, etc.


Lo mismo sucede con las religiones, existe una mayoritaria que es el cristianismo que se tiene por única religión y verdadera; en cambio existen otras muchas creencias que incluso respetan al cristianismo. El hecho de ser supersticioso ha llegado con gran arraigo hasta nuestros días hasta el punto de que en cada pueblo se rinde culto a una virgen o un santo diferente.





Como conclusión puedo decir que el concepto de ''clases sociales'' es la madre de todas las desigualdades.

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